ENCUENTRO SOBRE “CONFLUENCIA”
RESUMEN DEL ENCUENTRO SOBRE “CONFLUENCIA”.
Barcelona, Centre Cívic Urgell. 2 de octubre del 2014.
Con asistencia de cinco personas pertenecientes a cinco colectivos diferentes, durante las dos horas de encuentro, reinaron la cordialidad y la sinceridad. Estas fueron las aportaciones siguiendo el Esquema de Trabajo propuesto:
¿QUÉ ENTENDEMOS POR CONFLUENCIA?
Se constata la necesidad de precisar el lenguaje, hoy prostituido. Así pues, será precisa una tarea previa para concretar los conceptos, no sólo de confluencia, sino de todos los términos empleados hoy en día en las reivindicaciones sociales y políticas. Un grupo de los asistentes ha organizado, por ejemplo, unas jornadas para esclarecer conceptos como República, federal y confederal, etc… A pesar de que hace más de cinco años que se habla de confluencia, no siempre se tiene claro su significado.
En general se entiende por confluencia un proceso que parte de la gente para conseguir programas comunes de reivindicación. Un ejemplo serían las mareas o el activismo de barrio. En estas luchas se constata que se trabaja correctamente a pequeños niveles. Después, será preciso proponer el “programa” surgido de la base a los partidos, con ciertos condicionantes. A pesar de ello, se hacer referencia a los movimientos de barrio de los años 70, que una vez alcanzados algunos de sus objetivos, fueron “engullidos” por el sistema político.
En esta aproximación popular, el proceso de confluencia debería implicar suma, pluralidad, respeto y diferenciación, evitando la existencia de “líderes” que lo dirijan. Ha de tener una base ideológica como punto de encuentro de fuerzas heterogéneas.
¿QUIÉN HA DE PROTAGONIZAR LA CONFLUENCIA?
Algún comentario va en la dirección de que difícilmente se activará a la gente (en número suficiente para provocar un cambio), sin una acción “que entusiasme y a la vez pedagógica” de los colectivos que ya están en la lucha.
Otro factor tendría que ser abrir el proceso confluyente al máximo de gente posible, ya que la diversidad puede aportar riqueza y creatividad. Un caso claro es el de Salud (“bienestar, más allá de la Sanidad”), donde hay mucha gente que lucha desde perspectivas muy diversas. En esta concepción popular y abierta, se deberían evitar grandes personajes que desvían la atención de una tarea que es de todos. Sólo una masa social suficiente hará posible un cambio radical.
Como factor negativo, existe una fragmentación brutal en las actividades, en parte producida por sobre-información en la red. Esto hace aún más difícil una confluencia de base ideológica (la más necesaria), dejando sólo opciones del más puro electoralismo.
En este proceso de abajo a arriba, numerosas iniciativas populares, surgidas de la ciudadanía, han llegado a los colectivos sociales. Pero al intentar alcanzar un nivel político, surgen muchas reticencias y desconfianzas, tanto entre los partidos, como incluso entre los grupos. Algunos de éstos, incluso están redactando un “Código Ético” a proponer a las candidaturas que quieran tener su apoyo. Quizá sea utópico, pero se hace evidente que se precisan unas reglas de juego, en la difícil relación entre la política y la ciudadanía. A pesar de todo, se necesitan una a la otra.
FACTORES QUE PUEDEN DIFICULTAR/FAVORECER LA CONFLUENCIA.
En Cataluña padecemos una acción del poder (privatizaciones por ejemplo) más sofisticada de lo que es habitual en el resto del Estado. Hay una penetración sutil y tecnificada del ámbito público (como en la cogestión de la Salud).
Un factor que a la vez ilusiona y es pesimista según la aproximación que se realice, es la “multitarea” que existe entre los activistas. Esto hace que no haya tiempo para casi nada, haciendo difícil cualquier profundización en los análisis.
Entrando en el papel de la militancia, se apunta que es preciso combatir tres patologías: Miedo, Resignación y Autoinculpación. Son factores que frenan una acción más decidida. Se precisa un análisis en profundidad y en dos ámbitos complementarios: el racional y el anímico. En este sentido, la confluencia puede mejorar el sentimiento de pertenencia a un proyecto común.
Dado el problema de saturación de la militancia, aparece la necesidad de ampliar la nómina de gente implicada. Se señala que hay actos y convocatorias que animan a gente hasta aquel momento ajena a todo (ejemplo de “Germanetes” en un barrio de Barcelona). El nivel barrio vuelve a ser capital, ya que es dónde se encuentran colectivos del más variado tipo, desde partidos hasta grupos afines al 15M.
En esta tarea de abrirse a la ciudadanía, los colectivos deben ajustar estructuras y normas de funcionamiento, para evitar la endogamia. A veces, el celo unitario es contraproducente y impide una mayor empatía entre los participantes.
Se ha de abrir el espectro, no sólo por lo que respecta a las personas, sino también a las disciplinas. Conocimientos diversos, si confluyen, pueden generar sinergia.
Es preciso un mínimo de humor (cogiendo perspectiva), y de amor (al trabajo que se hace y para quién se hace).
¿QUÉ ESPERAMOS DE LA CONFLUENCIA?
Empoderamiento de la ciudadanía. Ruptura con la realidad actual, llena de situaciones viciadas a lo largo del tiempo.
Creación de plataformas. A pesar de surgir grupos nuevos cada día, se ha de llegar al esfuerzo en común.
Parar los recortes y conseguir una Cataluña social.
Aumentar la ilusión de la ciudadanía.
¿SERÍA FACTIBLE ALGUN DISPOSITIVO QUE AGRUPARA LA INFORMACIÓN SURGIDA DE LOS NUMEROSOS COLECTIVOS QUE LUCHAN POR UNA MISMA CAUSA?
De entrada podría haber alguna desconfianza, o malentendidos referidos a prioridades o relevancias otorgadas.
Pero sería una buena idea el poder difundir documentos (o su sinopsis), así como las convocatorias y los actos, para evitar duplicidades que restan eficacia. Pero se considera utópico por ahora, al ser muy difícil de llevar a la práctica.
NOTA: Más allá de posibles defectos en la convocatoria del encuentro, el hecho de que de los 15 colectivos, 7 ni tan sólo respondieron y otros 3 excusaron su prometida presencia en el último momento, no deja de ser una muestra más de la saturación, exceso de convocatorias, actos y encuentros que saturan a los pluriempleados activistas. Ello, sin entrar en el hecho a que ni tan sólo responder a la invitación denota poca predisposición a abrirse a propuestas de interrelación con otros colectivos.