EL PRECIO DE LA LIBERTAD
Por fin se ha terminado la intriga parlamentaria en Cataluña. Y se ha hecho con un discurso inquietante del presidente saliente. Empujado por un viento de arrogancia y rencor, dejó muy claro que ha sido él quien ha decidido el nuevo presidente, quien ha dirigido toda la trama de la obra, y que seguirá al timón del “proceso”, aunque no en el de la nave democrática del Parlament, sino al margen de él. Y esto es, como mínimo, inquietante. Recuerdo las palabras de Gil Robles (líder de la extrema derecha CEDA, durante la República), publicadas en “El Debate” el 17.10.1933: : “Hay que fundar un nuevo Estado, una nación nueva, dejar la patria depurada… Necesitamos el poder íntegro y eso es lo que pedimos… Para realizar este ideal no vamos a detenernos en formas arcaicas. La democracia no es para nosotros un fin, sino un medio para ir a la conquista de un Estado nuevo. Llegado el momento, el Parlamento se somete o le hacemos desaparecer“.
La inquietud no está exenta de pena. Personalmente, estoy a favor de la libertad de los pueblos, de Cataluña o del que sea. Libertad no sobre el papel, sino basada en la libertad de cada uno de sus habitantes (que no súbditos); libertad de decidir por parte del pueblo, y no de líderes condicionados por ocultos poderes económicos. Por eso, también fue preocupante la retransmisión televisiva del acto de toma de posesión del nuevo President, por parte de TV3. Era patético ver y oír a los locutores esforzándose en insistir, una y otra vez, sobre el gran frío (12º) y el mal tiempo (nubes y claros) que reinaba, realidad falseada para justificar la poquísima asistencia de gente en la Plaza Sant Jaume. Era innecesario, superfluo; la gente era libre de ir o no ir y no tenía más relevancia. Así que quiero suponer que era una posición espontánea y no impuesta; que era una demostración de la pleitesía adquirida durante meses de emisiones tendenciosas. En cualquier caso, por todo ello, me viene a la cabeza otra cita, ésta de André Malraux, cuando se enteró de la firma del pacto entre la Alemania nazi y la Rusia comunista (Pacto Ribbentrop-Molotov, de 23.8.1939): “La libertad a este precio, no”.