FELIPES POR TODAS PARTES
Hoy toda España está llena de felipes. Se va perpetuando el sistema, una forma de actuar que no viene ya de Franco, sino de mucho antes. Para evitar que la celebración me inunde como un tsunami, no puedo hacer otra cosa que publicar una cita de mi admirado presidente Manuel Azaña. Las palabras las dijo en Valencia, en el primer discurso de la campaña hacia un proceso constituyente. Fue el 8 de junio de 1931:
“Ya sé yo que a estas horas, convocadas las Cortes Constituyentes, habrá docenas de hombres estudiosos que estarán en los gabinetes compulsando libros y afilando sus plumas para redactar a cual mejor un texto constitucional; pero esto tiene muy poca importancia….
El problema no es la elaboración del Código constitucional; el problema es otro y todos los discursos sabios que vamos a oír en las Cortes y todas las disertaciones jurídicas yo os lo cambio por trescientos hombres decididos, trescientos diputados constituyentes unánimes que estén dispuestos a levantarse y a fulminar el rayo de la cólera popular sobre los culpables de la tiranía española, pidiendo su cabeza si es menester.
Mientras queden en los pueblos y en las capitales las confabulaciones personales, económicas, bancarias, territoriales de las gentes que durante más de un siglo han venido monopolizando el esquilmo de la nación; mientras que eso no sea triturado por la acción gubernamental y por los partidos, no podemos tener la seguridad de que un día no nos han de dar la sorpresa, bien en unas elecciones, bien destruyendo organizaciones municipales, bien apoderándose del Gobierno”
Lo hicieron en 1936, continuó durante cuarenta años, y aún perduran los mismos tics, la misma prepotencia y autoritarismo, el mismo dogmatismo, el mismo desprecio hacia el pueblo, incluso hacia aquellos que hoy agitarán banderitas. ¿Hasta cuándo?
