GUERRA TOTAL Y DEUDA
¿Dónde han aprendido los mercados tanta crueldad? ¿Por qué son tan despiadados?
A nadie escapa que la guerra civil española fue el primer ensayo de guerra total en el conflictivo siglo XX europeo. Fue la primera contienda dónde, por parte del bando rebelde, se castigaba sistemáticamente a la población civil como arma de desmoralización de los ejércitos. Ello queda bien reflejado en las soflamas de Queipo de Llano, en las que la inspiración nazi aflora a menudo. Guernica fue el punto emblemático, pero nunca hasta entonces se había masacrado a la población civil con tanta saña como durante nuestra contienda. Luego, el sistema sería adoptado por los dos bandos (Londres, Dresden) en la segunda guerra mundial, y así hasta ahora. En palabras del general Mola: “Es necesario crear una atmósfera de terror, hay que dejar sensación de dominio, eliminando sin escrúpulos ni vacilación a todo el que no piense como nosotros”[1]
Sí, hasta ahora, incluso en la guerra financiera actual. Podríamos adaptar la frase de Carl Philipp Gottlieb von Clausewitz “La guerra es la continuación de la política por otros medios”, diciendo que LA DEUDA ES LA CONTINUACIÓN DE LA GUERRA POR OTROS MEDIOS. Y añadir que se trata de una adaptación moderna, no por más eficaz menos cruel, de la guerra total que aplicó Franco bajo la tutela de Hitler.
Así, se ataca la retaguardia, a la población civil, o sea a empleados, personas en paro, enfermos, dependientes, infancia en edad escolar; cualquier “no combatiente” se convierte en objetivo de los ataques de “la deuda”. Y como en la contienda de 1936, se ataca más las ciudades que las trincheras. En ellas, banqueros, ejecutivos y políticos de mayor o menor rango, también se pelean entre ellos, a veces hasta de despellejan; pero lo relevante es el daño que se está haciendo en su retaguardia, a sus clientes, a sus empleados y a sus votantes, y a su entorno. Ante el terror que están creando, ellos mismos tienen un miedo cerval a caer en el mismo pozo, así que harán las mil y una por mantenerse en el puesto de mando. Ordenando las masacres, pero al pairo de los bombardeos.
El fascismo, el poder de unos pocos privilegiados sobre una multitud esclavizada, la inició. Pero a pesar de su crueldad, perdió la guerra. Pero no murió, y aprendió que otra arma podría ser más eficaz para el mismo propósito de guerra total: LA DEUDA. Y en ello están.
NOTA: Este artículo podría ser la continuación del de ES LA GUERRA que en julio mereció casi 6.000 visitas en un día. (https://www.historiaesmemoria.com/2011/07/12/es-la-guerra/)