MENU DEL 15M
(Pequeño homenaje a tanto esfuerzo)
He estado un rato en la Plaza Cataluña de Barcelona. Por ver. Para pensar. Y lo primero que me ha venido a la cabeza es un cocido. ¿Qué pasa con este plato tan típico? Pues que cuando se le pone fuego a la olla, los ingredientes de su interior empiezan a hervir. Y van difundiendo aromas y vapores. Después, se sacarán por separado los garbanzos, la col, la carne, el pollo, el chorizo… Y según sus afinidades, el comensal comerá una cosa o la otra. En la olla quedarán los huesos, recortes de vegetales y otros residuos que se desecharán, pero que incluso ellos han dado ya su jugo.
El 15M fue una reacción al fuego que el gran capital nos arrimó en el culo. Y empezó a hervir. Y después de un proceso sinérgico en que unos dieron sustancia y a la vez se impregnaron de la esencia de los otros, se fueron distribuyendo. Contra deshaucios, yayoflautas, banca ética (¡sí, aunque no lo parezca también puede existir!), acciones en los barrios más o menos puntuales, ocupaciones de Centros de Salud, manifestaciones para reivindicar una enseñanza pública de calidad y tantas otras. No todas nacieron directamente de las plazas de hace un año, pero sí que aquella comida inició, nutrió y amplió muchas iniciativas posteriores.
También, de acuerdo, salieron los huesos, algún gamberro y hasta infiltrados. Pero el sabor y el aroma quedaron y fue impregnando los vestidos y el pensamiento de muchos políticos y gente que inicialmente se lo miraban con una sonrisa de suficiencia; y hasta la conciencia de muchos de buena fe y poco empuje.
¿Imagináis que el 16 de mayo añadiéramos pasta a un caldo tan nutritivo? ¡Buen provecho!