NEOLIBERALISMO: UN MOVIMIENTO A PEOR.

En el anterior artículo (“ANTE UN MOVIMIENTO“) , indicaba que los actuales ataques a la sociedad del bienestar debieran considerarse como la acción de un verdadero movimiento social. Sigo con el tema.

banquerosSegún Mario Diani (1), los movimientos sociales son “procesos sociales diferenciados consistentes en mecanismos a través de los cuales actores comprometidos en la acción colectiva se involucran en relaciones conflictivas con oponentes claramente diferenciados; se vinculan en densas redes informales, y comparten una identidad colectiva diferenciada”. Y también añade: para promover el cambio social, o para oponerse a él (el subrayado es mío). Un movimiento social no es sólo una organización, ni una plataforma, aunque puede incluirlas en su dinámica. Y aquí surge la pregunta: ¿Podemos considerar el neoliberalismo un movimiento social? Porque si así fuera, sólo un movimiento cohesionado anti-neoliberal, fruto de la confluencia de las fuerzas hoy dispersas, dispondría de alguna posibilidad de éxito.

Sigue la coautora del libro de la cita anterior, Donatella Della Porta (2): “Podemos identificar una dinámica de movimiento social cuando episodios individuales de acción colectiva se perciben como parte de una acción más duradera y no tanto como acontecimientos aislados, y cuando individuos implicados en ellos se sienten vinculados por lazos de solidaridad y se perciben como integrantes de una comunión ideal al lado de quienes protagonizan otras movilizaciones análogas”. Me permito desmenuzar la cita, para poder diseñar una estrategia de resistencia y, ¿por qué no?, de ataque.

Actores comprometidos en la acción colectiva”: decir que en aras de un trasvase de riqueza desde lo público a unos pocos, sería excesivamente reduccionista. Va mucho más allá del puro factor económico; intenta penetrar en lo más íntimo (escuelas confesionales subvencionadas, ley mordaza, dominio de los medios de comunicación…), aunque es evidente que uno de los motores más potentes es la codicia.

Relaciones conflictivas con oponentes claramente diferenciados”: Es patente que dichas acciones (atención: ¡conflictivas!) encuentran una oposición en los que sienten recortados sus derechos y sus ingresos. Sí: claramente diferenciados, y añadiría que atomizados. La combinación, por parte de la derecha, de “avances” (negativos) legislativos globales con acciones represivas puntuales, más el miedo a la crisis que ha impregnado a toda la sociedad, no sólo ha sido efectiva, sino que ha fomentado la dispersión del esfuerzo dedicado a oponerse a ella.

Vinculados en densas redes informales”: Sí, hay redes informales, pero también formales, como la patronal, la Iglesia o los partidos que dan cobijo al neoliberalismo. Ellas han creado un caldo de cultivo, donde una parte de la ciudadanía se siente cómoda, afirmada en los dogmas que les han sido transmitidos. Hay una cierta conexión entre el votante del PP, el concejal que menosprecia a los emigrantes, el empresario que arroja al paro a gente mayor con sueldo digno sustituyéndola por precarios mal pagados, los técnicos del ministerio que ha diseñado la ley para que ello sea posible.

Comparten una identidad colectiva diferenciada”: la “gente de orden” se reconoce entre ella. No visten distinto (3) , pero en las conversaciones afloran miradas cómplices. Uno de los elementos claves es el simplismo de los mensajes, y el convencimiento que el adherirse a ellos es lo mejor para uno y para todos.

Para promover (u oponerse) al cambio social”. Hemos utilizado tanto el término en positivo, en unos ámbitos precisos (la “izquierda”), que se nos escapa que un cambio también puede ser “a peor”. Cambio social es una variación en la situación de la sociedad, en su estructura, con vocación de consolidarse, que puede ser en el sentido de mayor libertad, mayor apoyo mutuo, o en el contrario.

Manuel Castells (4) , abunda en el sentido de identificar el cambio social con un avance en los derechos civiles y en la ética relacional, al decir: “la herencia de un movimiento social la constituye el cambio cultural que ha producido mediante su acción… El legado de los movimientos sociales en red habrá sido vislumbrar la posibilidad de reaprender a vivir juntos. En una democracia real”. Posiblemente sea así, y lo que aquí ahora se dirá quizá sea sólo llevar el agua al molino de un discurso predefinido. ¿Pero no sería lícito invertir la cita como sigue?: la herencia del movimiento social neoliberal la constituye el cambio cultural (de dependencia, de sumisión y precariedad) que ha producido mediante su acción (coordinada, a favor de unos cuantos, de control de los medios de opinión, de las fuentes de financiación, del poder legislativo laboral, jurídico, policial, de uso de la brutal crisis…) El legado de los movimientos sociales en red habrá sido vislumbrar la posibilidad de conseguir una ciudadanía más dócil, atemorizada, silenciosa y dependiente, incapaz de revertir durante mucho tiempo la situación, dado el individualismo inoculado. En una democracia “predefinida”.

GLOBUSEl reduccionismo de considerar el “cambio social” como algo hacia lo “bueno socialmente hablando”, quizá provenga de los estereotipos creados sobre la imagen de la derecha y las gentes que le dan apoyo y empuje. A la caricaturización en las proclamas de la izquierda hay que añadir también la esperpéntica imagen que muchos miembros del gobierno o del partido en el poder dan de sí mismos, con “florilegios” dignos de la más afamada escena. Pero sería un error quedarnos en ello. Mucha gente honrada, digna, forma parte, sostiene, a título individual o agrupándose, el movimiento neoliberal. Muchas estructuras en las que se apoya éste son legales, limpia y democráticamente conseguidas (hasta dónde el juego democrático actual pueda considerarse como limpio). La ciudadanía que menciono lee, comenta, difunde, sólo las ideas que coinciden con su ideario. Y se consideran a sí mismos los “buenos”, los que aciertan. Si a ellos ya les va bien, y los que gozan de su soporte tienen además la práctica totalidad del poder económico y político ¡Cómo van a cambiar de rumbo! “¡Que se jodan”!, ¡”Que se mueran los feos!”.

¿Podría aducirse que los sentimientos, las emociones, son patrimonio de los que buscan un cambio hacia una democracia más social? En el libro de Manuel Castells (5), hay una referencia al concepto de cambio social aportado por uno de los especialistas más reconocidos: el neurólogo portugués Antonio R. Damasio (6): “el cambio social supone una acción, individual, colectiva o ambas a la vez, que en su base, tiene un motivo emocional como todo comportamiento humano según las recientes investigaciones en neurociencia social”. Así que tampoco el motivo emocional es patrimonio de una de las tendencias. O si no, que se lo digan al atento feligrés que escucha una encendida homilía dominical (7). No es extraño que, a pesar de estar desde hace ocho meses en una lista de espera de sanidad, en los próximos comicios vuelva a votar al PP. La emoción es muy poderosa, y no olvidemos la capacidad de generarla que tienen algunas instituciones, no precisamente de izquierdas.

Ruego al lector no se rasgue las vestiduras al ver puestos en plano de igualdad el “movimiento neoliberal” con los que tradicionalmente se han llamado “movimientos sociales”, relacionados con la lucha por un mundo más justo. Dice Lupicinio Íñiguez Cuesta (8) que “el movimiento antiglobalización (o antineoliberal) constituye una de las efervescencias contestatarias más interesantes”. ¿Movimiento contra movimiento o movimiento contra situación? A la vista de la muy activa agresividad en los frentes neoliberales, sugiero quedarnos con lo primero.

(1) DELLA PORTA, Donatella y DIANI, Mario. Los movimientos sociales. Madrid. CIS-Editorial Complutense. 2011Op. Cit, pág. 43
(2) DELLA PORTA, Donatella y DIANI, Mario. Op. Cit. Pág. 46
(3) O sí. ¿Alguien recuerda la boda de la hija del ínclito señor Aznar?
(4) CASTELLS, Manuel. Op.Cit. Pág. 231
(5) CASTELLS, Manuel. Op. Cit. Pág. 210
(6) DAMASIO, A. Y el cerebro creó al hombre. Barcelona, Destino. 2010
(7) No pretendo una soflama anticlerical. Lo mismo habría servido el que está leyendo según que periódico, escuchando tertulianos de pro y de contra, o asistiendo a tertulias y actos al uso.
(8) http://www.contemporaneaugr.es/files/Teor%C3%ADas%20Movimientos%20Sociales.pdf. Pág. 32

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