EL PRECIO DE LA LIBERTAD (Laberinto Mágico -5)
Inicio las referencias al segundo libro de la serie: Campo abierto. En él, en su página 73 (edición de Cuadernos del vigia, 2017), se está desarrollando una conversación entre Vicente Dalmases, un joven estudiante para quien desde “hace dos años, … todo es política”[i], y Gaspar Requena, comunista intransigente. Más allá de los avatares amorosos del primero, subyace un dilema universal en tiempos de crisis: la hipotética eficacia de los métodos frente a la intransigencia ética del que los ejecuta.
El diálogo, abreviado, es así:
V—Fanáticos. Os ciega el fin y no escogéis los medios. Y, sin embargo, lo que más me atrae de vosotros es la pasión. No os importa un comino la moral.
…..
V—Para vosotros no existen los sentimientos morales como no sean aprovechables para vuestra supuesta justa política. Y para mí, sí. Sois capaces de entenderos con los fascistas si veis en ello una ventaja.
G—Si la revolución fuese a ese precio, ¿no la aceptarías?
V—Aceptarla, seguramente sí. Pero participar en su advenimiento, a ese precio, como tú dices, no.
Un recuerdo directo de la famosa frase de André Malraux a raíz del acuerdo Molotov-Ribbentrop[ii], “La libertad a ese precio, no”, dicha durante una cena con Max Aub, y analizada en profundidad por este en un artículo en El socialista de México en 1949[iii] Por mi parte, con todo respeto, intenté reproducirla en mi Campo de esperanza (pág. 371-372) intentando reproducir la reacción al pacto entre comunismo y nazismo en dos ambientes distintos: el de los colaboradores de Sierra de Teruel, y el de sus promotores, con Aub y Malraux al frente:
Agustín y sus compañeros de mesa, agrupados en la barra del bar, atienden a lo que dice la radio que Amadeo ha puesto a gran volumen. La voz de Stalin, conocida por todos, adorada por algunos, tronando: «Brindo por la salud del Führer, a quien bien sabemos cuánto ama el pueblo alemán».
─ ¡Mierda! ¡Cabrón! ─Ollier grita y bebe un vaso lleno de vino cárdeno de un solo trago.
La cocinera de casa de los Corniglion sale corriendo hacia el comedor:
─¡Señor, señor, la radio acaba de decirlo!
…………………..
─La revolución, a este precio, no ─por una vez, lacónico mientras su rostro crispado delata una lucha interior que ni siquiera él puede traducir en palabras; repite: ─A este precio, no. No, señores. ¡No, no y no!
─ ¿Y qué dirá ahora Negrín? ¿Para eso dio todo el poder a los comunistas?
Durán, callado, bebiendo sorbos cortos de su kirr. Llegó al comunismo, dejó la música a un lado ─anteriormente su vida─ y aceptó su cargo de teniente coronel en el Ejército en aras de la eficacia, de la voluntad de ganar la guerra costara lo que costara, incluso si el precio era ofrecer lo mejor de sí mismo. «¿Y ahora, qué? ¿La música de nuevo? ¿Me bastará?».
La figura de Gustavo Durán, que en la novela Espoir es encarnada por el personaje central de Manuel, fue también evocada por Max Aub en su Calle de Valverde, como él mismo afirma en su Diario: Noticia de la muerte de Gustavo Durán. Lo siento por él. ¿Dónde le enterrarán? Lo siento por mí: se me fue Victoriano Terrazas[iv].
ENLACE A ARTÍCULOS ANTERIORES:
4- LA GENTE:
3- DOÑA DESIDERIA:
2- DOLÇA CATALUNYA:
1- EL SPRINTER:
[i] VILLALBA, Manuel J. (2009) El “amor unánime” en Campo abierto. http://webs.ucm.es/info/especulo/numero43/campoabi.html
[ii] “La libertad a ese precio, no”. LACOUTURE, Jean (1976. Malraux, une vie dans le siècle. Paris, Ed. Du Seuil. Página 259, citando una entrevista con Malraux, en la que le mencionó la frase dicha durante una cena con Max Aub.
[iii] AUB, Max. (2002) “El falso dilema”. Hablo como hombre. Segorbe. Fundación Max Aub. Páginas 89 y ss.
[iv] Una buena biografía de este caleidoscópico personaje es: JUÁREZ, Javier. (2009) Comandante Durán. Leyenda y tragedia de un intelectual en armas. Barcelona. Debate. También, novelada: VAZQUEZ-RIAL, Horacio. (1997) El soldado de porcelana. Barcelona, Ediciones B.