SECUENCIA XIV: ¿Linás fue Cervera?

Volvamos a los exteriores. Al principio de la escena, llega el coche de los de la ciudad, con González trayendo dinamita, como vemos en la imagen.

Cuenta Josette Clotis a su amiga Suzanne Chantal: “En abril (1939) se van a rodar unos raccords indispensables en Villefranche de Rouergue. Es asombroso lo mucho que se parecen esos masivos pilares romanos, esas mujeres con mantones, esos hombres de barba cerrada y chaleco negro, a los catalanes”[i]. Y ello nos hace pensar: ¿Con qué pilares y con que personas se buscaba el raccord? ¿Quizá con alguna escena que luego no llegó a rodarse, o al menos a incluirse en el montaje? Y lo más preciso: ¿La cola de gente aportando recipientes, donde se filmó? ¿La referencia a los hombres y mujeres de Villefranche, es en ella misma un raccord?

En algunos de los guiones publicados, se indica que la escena XIV fue rodada en Cervera, ciudad catalana en la ruta entre Barcelona y Lérida. En los últimos meses de 1938, las tropas rebeldes estaban ya muy cerca de dicho enclave. Me pregunto: ¿A qué venía irse hasta Cervera teniendo el Pueblo Español, o el casco antiguo de Barcelona tan a mano? Se tenía también todo tipo de extras, que se reclutaban entre los que estaban en las cercanías de Montjuich, y también, como reconoce Max Aub en sus memorias, entre los campesinos de poblaciones cercanas, como El Prat. Además, fijándonos en las sombras y reflejos, parece más un interior que un exterior. A lo sumo, un claustro.

Sin embargo, sí se fue a Cervera, pero el único testimonio de ello es de fecha anterior al inicio del rodaje. Así pues, la intención de rodar exteriores en dicha población existió, aunque dudo que se materializara dado que la situación militar empeoró rápidamente. Nos dice el colaborador de Malraux para el guión técnico, Boris Peskine, narrando su búsqueda de exteriores en un viaje realizado el 9 de junio de 1938: “Primera parada: Montserrat. Los famosos picos de roca gris; debemos rodar allí el final de la película, el descenso de la montaña (para los planos de conjunto solamente. Después, el campo catalán. Vamos a Cervera, que será Linás en el filme… Cervera aparece: una pequeña ciudad colgada sobre una roca: las partes interesantes son del siglo XVII, creo. La visitamos para localizar los paisajes previstos para la película”[ii].

Sin embargo, en junio de 1938, aún no rodaban. La expedición era solo de exploración. Sigue contando Peskine: “A la vuelta, Max (Aub), fatigado, duerme. Malraux está delante, Page (Louis, director de fotografía) y yo (Boris Peskine) a ambos lados de Max. Discutimos de cine, expresiones estéticas en general… Nos paramos para cenar en un restaurante de una población de ricos granjeros a unos 80 km. de Barcelona (imagino que Igualada). Max explica que estos pueblos son bastante fascistas. El chófer se sienta a la mesa con nosotros. Max va a la cocina para explicarles que hay un personaje importante que quiere cenar. Comemos muy bien: Fritura y costillas de cordero. Y vino blanco”.

Quizá lo narrado por Peskine ha inducido a reproducir, sin mayor análisis, el hecho de que la escena XIV hubiese sido rodada en Cervera.

La implicación de extras y algún actor, requería de un cierto tiempo y también componentes técnicas que faltaban cada día más. ¿Tuvieron el humor de irse hasta Cervera? Otras dificultades lo hacen menos posible. Según cuenta Denis Marion[iii], ayudante de dirección, a partir del 28 de septiembre se redujo drásticamente el suministro de gasolina, por lo que no pudieron utilizar los coches. Si en septiembre se dedicaron quince días a rodar en Tarragona las escenas del cañón (Secuencia XIII), y en octubre, a partir del 7 la complicada escena final en Montserrat, ¿hubo tiempo, equipo y gasolina para ir a Cervera a rodar escenas que se podían hacer a pocos metros del estudio? Caben razonables dudas de que no, aunque quizás, siguiendo a Peskine, sí hubiera sido este el anhelo de André Malraux.

Otro argumento que se puede analizar con los fotogramas de esta secuencia, no lo indican: En los planos en los que se ve la cola de campesinos aportando recipientes, aparecen también actores que ya realizaron la escena del interior del Comité, y que ya se ha visto que se rodó muy posiblemente en el Pueblo Español de Barcelona. Tanto en los planos interiores como exteriores, además de González, aparecen el maestro y Gustavo (con papel), y dos aún más secundarios, que difícilmente se hubieran ido de Barcelona a Cervera, solo para el raccord necesario. Comparemos los dos fotogramas.

Cabe decir, además, que el “extra” nº 1”, aparece en la Secuencia VI (rodada en estudio, representando una droguería), y también en la Secuencia VIII rodada en las murallas de Tarragona. Y una curiosidad, que demuestra una vez más la precariedad y la improvisación que imponía rodar en plena guerra:

En la primera, asume el papel de EMILIO, con una sola frase:

EMILIO: ¡Vaya asco de balas, No tocamos ni a veinte!

En la segunda, toma el rol de BARCA, al que se dirigen sus compañeros pidiéndole información sobre el cañón que les impide la salida de la ciudad (y que veremos en otra pesquisa).

BARCA: Sé lo que es un cañón, pero no sé cómo se maneja.

En resumen, podemos concluir una cierta continuidad en el rodaje de las secuencias VI, con la IV (previa en la misma droguería), la VII (rodada en Barcelona, calle Santa Ana), la IX en Tarragona, con los interiores de las XII, XIII y XIV, que corresponden a Linás en la ficción y que en la realidad, muy probablemente, a Barcelona.

Próxima y última pesquisa para la Secuencia XIV: Un plano ridículo.

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[i] CHANTAL, Suzanne. Un amor de Malraux. Josette Clotis. Barcelona, Grijalbo. 1976. Pág. 124

[ii] http://docplayer.fr/187080876-Notes-de-boris-peskine-a-propos-de-la-preparation-du-tournage-de-l-espoir-juin-juillet-1938.html

[iii] MARION, Denis. Le cinéma selon André Malraux. París, Cahiers du Cinéma. 1996. Pág. 18 y ss.