SUSPENSO A LOS MEJORES
Una encuesta informa de que, por primera vez, les encuestados suspenden la gestión de la Generalitat. La Generalitat de “los mejores”. IRPF de los funcionarios, CCCB, leyes ómnibus redactadas de forma chapucera, impagos… I todo aliñado con un tono de condescendencia mientras se mira por sobre el hombro.
Hacer comulgar a la ciudadanía con ruedas de molino con la ayuda del socio preferencial, el PP, no ha sido nunca una buena obra de gobierno. Y ante tanto desbarajuste, surge de inmediato la pregunta: ¿Qué es primero, el ser chapucero o el tomar actitudes prepotentes? O bien: ¿Ser arrogante tiene como consecuencia hacer las cosas de mala manera?
Quizá el error inicial fue el de calificarlos como los mejores, antes de enseñar en la práctica sus virtudes (que las deben tener). ¿Esto les llevó a creerse inmunes a la crítica?¿a darles un aval para la prepotencia?¿Les daba esto autorización para hacer las cosas descuidadamente?
O quizás, llegados a la cúpula del gobierno gracias a fidelidades políticas o por presiones corporativas y no por su verdadera eficacia en el ámbito de competencia, no saben más y se ven obligados a utilizar la arrogancia para cubrir sus vergüenzas.
En cualquier caso, ¿qué mal hemos hecho para merecer estos “mejores”? si antes vinieron “los peores” (según algunos) y ahora “los mejores” (según los mismos): ¿cuándo vendrán los “normales”, los gestores eficientes, humildes, independientes de luchas partidistas, movidos sólo por la búsqueda del bien de toda la sociedad en estos difíciles tiempos?